Amazon, empresa dedicada al comercio electrónico a nivel internacional, ha anunciado estos últimos días sus proyectos tecnológicos de cara a mejorar los procesos logísticos. Sin duda, su propuesta más destacable es la utilización de drones para el envío de sus pedidos, prevista para los próximos años. Mientras tanto, los robots de Kiva demuestran su apuesta actual por mejorar los procesos mediante las últimas tecnologías.
Los drones de Amazon: desde la plataforma logística hasta la puerta de su casa
El servicio más innovador que propone Amazon es “Amazon Prime Air”, consistente en la entrega de pedidos mediante la utilización de mini-drones, que garantizan la reducción del tiempo de envío a 30 minutos.
Pese a que hasta dentro de unos años no esté prevista su instalación –debido a los tests de seguridad complementarios que necesita y a la aprobación de las autoridades de aviación estadounidenses-, Amazon ya ha realizado pruebas con estos octocópteros, garantizando el tiempo estimado de entrega.
El carácter excepcional de este tipo de envíos conlleva algunas limitaciones. Por ejemplo, el envío sólo se podrá realizar dentro de un radio de 16 kilómetros desde la plataforma logística que distribuya el envío y siempre y cuando los paquetes no pesen más de 2,3 kilogramos.
Sin embargo, Amazon asegura que este tipo de paquetes ligeros supone un 86% del total y que las zonas urbanas quedarían cubiertas dentro del área marcada.
Por otro lado, es destacable su carácter ecológico, siendo mucho menos contaminante que el transporte mediante camiones.
Los robots de Kiva: mayor eficiencia en las naves logísticas de Amazon
Amazon, en su afán de mejorar los procesos logísticos reduciendo costes y agilizando los envíos, realizó una doble estrategia, por un lado, construyendo naves logísticas cerca de los núcleos urbanos, y, por otro, incorporando los robots de Kiva –empresa comprada por Amazon a principios de 2012.
En total, Amazon cuenta con más de mil de estos robots –los cuales ya se encuentran operativos en 3 de sus plataformas logísticas-, que se encargan de facilitar las tareas de los empleados y ahorrar tiempo, acercando y adaptando la altura de las estanterías a los operarios.
La clave está en los códigos QR diseminados en el suelo de las naves logísticas de Amazon que los robots de Kiva leen mientras recorren los pasillos, interpretando la información proporcionada y compartiéndola con los otros robots de la nave logística, además de contar con sensores de detección de obstáculos que facilitan su movilidad por la plataforma.
El ritmo de cada robot estaría adaptado a la velocidad de cada empleado, pudiendo acercar una estantería a éste cada seis segundos. Además, pueden realizar tareas más avanzadas, como dar prioridad a los productos más populares o trasladar los productos de mayor precio a los operarios más experimentados.
La utilización de esta nueva tecnología supondría para Amazon un ahorro de entre 400 y 900 millones de dólares cada año, lo que se traduce en la reducción de entre un 20% y un 40% en los costes asociados a procesar pedidos.